ASCO EL

ASCO EL

THOMAS BERNHARD EN SAN SALVADOR

CASTELLANOS MOYA HORACIO

12,50 €
IVA incluido
Editorial:
TUSQUETS, EDITORES
Año de edición:
2007
Materia
Narrativa española e hispanoamericana
ISBN:
978-84-8383-027-7
Páginas:
144
Encuadernación:
Rústica
Colección:
ANDANZAS*

Disponibilidad:

  • LIBRERÍAS PICASSO - ALMERÍADisponible en 1 semana
  • LIBRERÍAS PICASSO - GRANADADisponible en 1 semana
12,50 €
IVA incluido
Añadir a favoritos

Edgardo Vega, tras dieciocho años de exilio voluntario en Canadá, se ve obligado a regresar a El Salvador para acudir al entierro de su madre. Ya el viaje, ½una espeluznante travesía+, se le hace insoportable, sus compatriotas le resultan repulsivos y provocan en él un estado de ansiedad que no le abandonará hasta que se marche. Todo esto se lo cuenta de manera torrencial a Moya, antiguo compañero de colegio, con quien queda durante su estancia para tomar unas copas, y el cual reproducirá posteriormente el salvaje monólogo de Vega. El Salvador le resulta a Vega despreciable, arremete contra todo: Iglesia, educación, política y políticos, su propia familia..., y vomita sus críticas de forma categórica, hasta el punto de identificarse con Thomas Bernhard. Para Castellanos Moya escribir El asco fue una ½descarga. Una descarga de frustración+, después de que, finalizada la guerra civil, viera desbaratados los proyectos en los que se embarcó para lograr una transición democrática que lograra transformar la sociedad salvadoreña.

Tras dieciocho años de exilio voluntario en Canadá, Edgardo Vega se ve obligado a regresar a El Salvador para acudir al entierro de su madre. Ya el viaje, «una espeluznante travesía», se le hace insoportable, y sus compatriotas, que le resultan repulsivos, provocan en él una ansiedad que no le abandonará hasta que se marche del país. Todo esto se lo cuenta de manera torrencial a Moya, antiguo compañero de colegio con quien, durante su estancia, sale a tomar unas copas y quien, posteriormente, reproducirá el brutal monólogo de Edgardo Vega. En efecto, Vega, que siente un profundo desprecio hacia El Salvador, arremete contra todo: contra el papel de la Iglesia en la sociedad, contra la incultura, la política y los políticos, e incluso contra su propia familia... Sin dejar títere con cabeza, vomita sus críticas de modo despiadado, hasta el punto de que su discurso, y él mismo, se identifican con el lúcido e implacable escritor Thomas Bernhard.

Artículos relacionados

Otros libros del autor