CLAUDIO COELLO PINTOR 1642 1693

CLAUDIO COELLO PINTOR 1642 1693

GARCÍA CUETO DAVID

28,60 €
IVA incluido
Editorial:
ARCO/LIBRO, S.A.
Año de edición:
2016
ISBN:
978-84-7635-897-9
Páginas:
244
Encuadernación:
Rústica
Colección:
ARS HISPANICA

Disponibilidad:

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28,60 €
IVA incluido
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ÍNDICE

Introducción

Una fama perenne
Formación y juventud
El ciclo para la iglesia de San Plácido de Madrid
Hacia la plenitud del artista
Semblanzas de una clase privilegiada. Los retratos de la nobleza
Los grandes ciclos decorativos
Los trabajos de arquitectura efímera
Paradigmas de la santidad
Las Inmaculadas de Coello
Coello dibujante
Pintor del Rey, 1683-1690
La Sagrada Forma
La venida de Luca Giordano y la muerte de Coello, 1691-1693

Bibliografía

La figura del pintor barroco Claudio Coello (Madrid, 1642-1693) resulta sin duda una de las más relevantes del panorama artístico madrileño entre la muerte de Diego Velázquez en 1660 y el fin de la centuria. La escuela de pintura madrileña ofreció durante la segunda mitad del siglo XVII sus mejores frutos, propiciados por la confluencia de la tradición española y de las mejores lecciones del renacimiento veneciano y del barroco flamenco. Claudio Coello tal vez sea el pintor que con más brillantez encarne los logros de esta escuela, integrada por una notable serie de buenos artistas que practicaron un estilo pictórico en el que confluían esas diversas tendencias, de tal modo que sus obras hicieron gala de un lenguaje artístico unificador de todas ellas. Tras formarse con Francisco Rizi, Coello emprendió una exitosa carrera al servicio principalmente de diversas órdenes religiosas asentadas en la corte española, aunque también recibió importantes encargos de la nobleza y de las instituciones municipales de Madrid. Trabajó también para varias localidades del entorno de la Villa y Corte, así como para Toledo, Zaragoza y Salamanca. La recompensa a su buen hacer llegó en 1683, cuando fue nombrado pintor del rey Carlos II. Sin embargo, su fortuna comenzó a menguar tras la llegada a Madrid a principios de la década siguiente del napolitano Luca Giordano, con quien rivalizará por la primacía artística en el entorno regio hasta su muerte en 1693.

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