UNA POSTAL DE 1939

UNA POSTAL DE 1939

OLSCHKI MARCELLA

15,50 €
IVA incluido
Editorial:
PERIFERICA EDITORIAL
Año de edición:
2012
Materia
Narrativa extranjera o traducida
ISBN:
978-84-92865-55-0
Páginas:
112
Encuadernación:
Rústica
Colección:
LARGO RECORRIDO

Disponibilidad:

  • LIBRERÍAS PICASSO - ALMERÍADisponible en 1 semana
  • LIBRERÍAS PICASSO - GRANADADisponible en 1 semana
15,50 €
IVA incluido
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SINOPSIS

Una novela inteligentemente engañosa: al principio nos parece, sobre todo, el retrato evocador, como dice el propio título, de una época pasada y hermosa… pero, de repente, ya avanzada la narración, aparece una nota discordante, un suceso que de banal pasa a terrible: todo da un giro, para darnos de bruces con la realidad del antisemitismo y otras acciones contra la cordura.

 

La imagen de cubierta es falsamente hermosa. Aunque la chica sea bonita, y el escaparate primoroso, el cartel es indigno: «Este negocio es ario», dice. O lo que es lo mismo: «Aquí no somos judíos». Olschki, sin embargo, sí era judía. O, al menos, hija de padre judío. Un hombre bueno, según nos cuenta ella misma en esta novela, separado del mundo por la doctrina racista del régimen de Mussolini. Estamos en 1939, en un Liceo de la ciudad de Florencia. La guerra es inminente y el fascismo lleva más de una década implantando sus razones en todas partes, también entre los jóvenes que, como Marcella, «se inician a la vida». Se mezclan aquí el dulce primer amor y el desamparo ante las injusticias de un profesor de camisa negra y mano alzada en saludo romano. Una simple postal (una travesura todavía infantil a la vez que afirmación de un espíritu independiente) provocará una tormenta aparentemente pequeña, pero muy reveladora del carácter humano y, al fin, de una significación terrible.

La imagen de cubierta es falsamente hermosa. Aunque la chica sea bonita, y el escaparate primoroso, el cartel es indigno: «Este negocio es ario», dice. O lo que es lo mismo: «Aquí no somos judíos ». Olschki, sin embargo, sí era judía. O, al menos, hija de padre judío. Un hombre bueno, según nos cuenta ella misma en esta novela, separado del mundo por la doctrina racista del régimen de Mussolini.
Estamos en 1939, en un Liceo de la ciudad de Florencia. La guerra es inminente y el fascismo lleva más de una década implantando sus razones en todas partes, también entre los jóvenes que, como Marcella, «se inician a la vida».
Se mezclan aquí el dulce primer amor y el desamparo ante las injusticias de un profesor de camisa negra y mano alzada en saludo romano. Una simple postal (una travesura todavía infantil a la vez que afirmación de un espíritu independiente) provocará una tormenta aparentemente pequeña, pero muy reveladora del carácter humano y, al fin, de una significación terrible.

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