EN EL DIQUE SECO

EN EL DIQUE SECO

BURROUGHS AUGUSTEN

21,90 €
IVA incluido
Editorial:
ANAGRAMA, S.A.
Año de edición:
2008
Materia
Narrativa extranjera o traducida
ISBN:
978-84-339-7490-7
Páginas:
352
Encuadernación:
Rústica
Colección:
PANORAMA DE NARRATIVAS

Disponibilidad:

  • LIBRERÍAS PICASSO - ALMERÍADisponible en 1 semana
  • LIBRERÍAS PICASSO - GRANADADisponible en 1 semana
21,90 €
IVA incluido
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Augusten, el chico de Recortes de mi vida, al que su ma¡dre abandonó en cuerpo y psique en manos del doctor Finch y de su excéntrica familia extensa, ha sobrevivido a su esperpéntica adolescencia. Ahora tiene veinticuatro años, vive en Nueva York, es un brillante redactor publi¡citario y, al parecer, un veinteañero como muchos. Sólo que en el tiempo en que sus amigos se toman dos whis¡kies, él se bebe doce. Es uno de esos alcohólicos que be¡ben un litro de whisky por la noche pero al día siguiente consiguen funcionar. Hasta que la bebida comienza a notarse en su trabajo, y la directora de arte no le perdo¡na que una noche llamara a un cliente y le propusiera hacer sexo por teléfono. La empresa decide pagarle la clí¡nica de rehabilitación que él elija. Y Augusten opta por la más cutre de las clínicas cutres para alcohólicos gays. ½Burroughs puede escribir sobre el amor sin ser almiba¡rado, cuenta su vida como alcohólico sin aburrirnos ja¡más, y escribe sobre su demencial familia sin compade¡cerse a sí mismo+ (Deirdre Donahue, USA Today).

Augusten, el chico de Recortes de mi vida, al que su ma­dre abandonó en cuerpo y psique en manos del doctor Finch y de su excéntrica familia extensa, ha sobrevivido a su esperpéntica adolescencia. Ahora tiene veinticuatro años, vive en Nueva York, es un brillante redactor publi­citario y, al parecer, un veinteañero como muchos. Sólo que en el tiempo en que sus amigos se toman dos whis­kies, él se bebe doce. Es uno de esos alcohólicos que be­ben un litro de whisky por la noche pero al día siguiente consiguen funcionar. Hasta que la bebida comienza a notarse en su trabajo, y la directora de arte no le perdo­na que una noche llamara a un cliente y le propusiera hacer sexo por teléfono. La empresa decide pagarle la clí­nica de rehabilitación que él elija. Y Augusten opta por la más cutre de las clínicas cutres para alcohólicos gays. «Burroughs puede escribir sobre el amor sin ser almiba­rado, cuenta su vida como alcohólico sin aburrirnos ja­más, y escribe sobre su demencial familia sin compade­cerse a sí mismo» (Deirdre Donahue, USA Today).

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