LIBRES Y ALEGRES EN EL SEÑOR

LIBRES Y ALEGRES EN EL SEÑOR

MANCINI CAROLINA

12,50 €
IVA incluido
Editorial:
NARCEA, S.A.
Año de edición:
2018
ISBN:
978-84-277-2428-0
Páginas:
132
Encuadernación:
Rústica
Colección:
ESPIRITUALIDAD

Disponibilidad:

  • LIBRERÍAS PICASSO - ALMERÍADisponible en 1 semana
  • LIBRERÍAS PICASSO - GRANADADisponible en 1 semana
12,50 €
IVA incluido
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Extracto del Índice:

Escuchar sus llamadas. La llamada de la juventud: ?Hoy me quedo en tu casa?. La llamada de la adultez: ?Apacienta mis corderos?. La llamada de la madurez: ?Permaneced aquí y velad conmigo?. La hora del misterio pascual: ?Si muere
da mucho fruto?.
Responder a un don. La disposición. La ayuda humana. La memoria de la gracia. La hora de la respuesta.
Eso que llamamos ?voluntad de Dios?. Buscadores en el espíritu. Enraizados en la realidad. Unificados y en paz. Peregrinos y en camino.
La obediencia como escucha, libertad y alegría. Una escucha que discierne. Una libertad que se recibe. Una alegría que abre caminos.
El cuidado ante los falsos profetas. Los miedos insidiosos. Las preocupaciones de la vida. Las heridas de la memoria. La mirada miope y apegada al propio juicio. El afán de personalismo. Las pretensiones ambiciosas. Las presiones ajenas. Las tentaciones del camino.
La tensión como lugar espiritual. Invitados a pasar por la puerta estrecha. Humildad que suplica. Buscar el Reino y su justicia. Con estilo inconfundible. Descentrados de sí mismos. Al servicio del Reino. En relación con otros.
Una libertad de carne y hueso. Libres y alegres para arriesgar experiencias, para sanar heridas, para desinstalar comodidades, para soltar la vida.

Dos de los rasgos más importantes del seguimiento cristiano son la libertad y la alegría, dones de Dios y garantía de que vamos en su camino, aun cuando circunstancias como miedos, preocupaciones, heridas, personalismos, cansancios, tentaciones, presiones ajenas, etc. puedan resultar costosas. Tras la llamada inicial, siguen llamadas a compartir sus encargos, a asumir el peso de los afanes y trabajos de este mundo. Su amor ?nos apremia? ?en palabras de san Pablo? a compartir algo de lo mucho recibido, a sembrar en la realidad algo del bien que nos ha sido dado. Nuestro Dios es un Dios insistente, amorosa y curiosamente empeñado en tomar espacio en nuestra vida. Es un huésped paciente y respetuoso con nuestra libertad, pero tenaz, convencido de su plan. Una vez que hayamos concedido atención a su persona mostrará nuevas intenciones. Por eso, aunque tengamos la sensación de haber llegado a una relación de mayor intimidad y compromiso con Dios siempre hay un ?más? que nos desafía atrayentemente y espera de nosotros nuevos niveles de consentimiento a su amor.

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