SAN MILLÁN MARTÍN SERGIO
Caminas. Te cruzas. Das con alguien. Sientes la necesidad de fricción en el aire. Suplicas que ocupe todos tus poros, vacíos de ti mismo. Cuentas hasta tres esperando el giro de su mundo y que penetre en el tuyo. Enmudecer al eco. Como tú, también yo me he hecho daño buscándome en la ambrosía de otros. Búscate por mí.
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