NICOLAS EYMERICH INQUISIDOR

Premio

Alph'Art al mejor guión del Salón Internacion

del Cómic de Angoulême 1997





Nominada a la mejor obra extranjera en el Salón

Internacional del cómic de Barcelona 2005

Hora

del desayuno en París. Simon, Marie-Jeanne

y su hijo Pierre hablan de sus proyectos de vacaciones.

Comentan qué hacer con el gato, al que no pueden

llevar con ellos. Simon se siente encerrado, prisionero.

Simula tener migraña y sale del apartamento

para ir al trabajo, bajo los ojos inquietos de su

hijo. En el metro lo vuelven a asaltar los mismo pensamientos,

se ahoga, tiene que salir. El aire libre le hace recuperar

una cierta serenidad. Al llegar al trabajo se encuentra

a una de sus colegas bañada en lágrimas;

su gato acaba de morir. Simon vuelve a sentirse agobiado.

Abandona precipitadamente la oficina. Ahogado por

la ciudad y por sus habitantes, Simon decide huir.

Se sube al primer tren que sale de la estación.

Nuevamente agobiado por la multitud se baja en una

estación. No sabe dónde está,

ni adonde va. Abandona su pasado.

Edmond

Baudoin crece en un pequeño pueblo aislado

de la Francia de posguerra. Dedica la mayor parte

de su juventud a dibujar en compañía

de su hermano mayor Piero que, posteriormente ingresará

en una escuela artística. Al no tener sus padres

medios suficientes para dar estudios superiores a

sus dos hijos, Edmond es dirigido hacia una carrera

de empleado de oficina. A finales de los años

60, sin embargo Baudoin decide dejarse guiar por sus

sueños. Abandona su empleo remunerado y comienza

a trabajar como autor de historieta. Su primer álbum,

publicado en 1981, constituye la primera piedra de

una obra tremendamente personal. Por la amplitud y

la importancia de su aportación a la historieta

es considerado como el padre espiritual de la nueva

historieta francesa. Autor profundamente mediterráneo

en su visión del mundo, su éxito, desde

Europa hasta Japón, se entiende tanto por su

dominio del blanco y negro como por la profundidad

de las emociones con que dota a sus personajes.

"Una

extraordinaria novela gráfica, casi modélica,

de uno de los autores más reconocidos en Francia

y también en el resto del mundo. La sensibilidad

de Baudoin es tan universal que atrapa a cualquiera

que se acerque a sus páginas, maravillosamente

dibujadas". Luis Conde, Revista Leer

"Con

un profundo dominio del medio, unas sugerentes viñetas

en blanco y negro, y una extraordinaria caracterización

de personajes, esta fábula contemporánea

se hace una lectura imprescindible". Juan

I. Rando, La Opinión de Málaga