- Editorial:
- B.A.C. BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS
- Año de edición:
- 2009
- Materia
- Religion temas generales
- ISBN:
- 978-84-220-1429-4
- Páginas:
- 804
- Encuadernación:
- Tela
- Colección:
- ESTUDIOS Y ENSAYOS
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OBRAS DE SAN GREGORIO MAGNO
MAGNO SAN GREGORIO
Disponibilidad:
Gregorio Magno vivió un periodo de profundas convulsiones religiosas y políticas. Nacido en una familia de la nobleza romana recibió en herencia una fe limpia y un magnífico palacio, junto con muchos bienes. Con éstos construyó monasterios; de su palacio hizo un cenobio, y de sí, un monje [...]. Las obras de san Gregorio se caracterizan por cierta tonalidad melancólica; una aversión peculiar hacia las cosas de la tierra y un suspirar enardecido por la herencia de la gloria. Gregorio fue un pastor maravilloso que llegó con su solicitud pastoral a todas las iglesias. En su epistolario revive la inquietud de su época. Su pontificado se distingue por su acción en España, Galia, Inglaterra, Italia, Armenia y el Oriente; por su gobierno espiritual y misionero; por sus trabajos en la educación de la juventud; por socorrer, ayudar, enseñar, curar las llagas sangrantes de una sociedad en ruinas. Fue incansable restaurador de la disciplina canónica. Sus cartas regulan las más diversas cuestiones de derecho y revelan su preocupación por el cumplimiento de las leyes" (M. Andrés, "Introducción general").
Gregorio Magno vivió un periodo de profundas convulsiones religiosas y políticas. Nacido en una familia de la nobleza romana recibió en herencia una fe limpia y un magnífico palacio, junto con muchos bienes. Con éstos construyó monasterios; de su palacio hizo un cenobio, y de sí, un monje [...]. Las obras de san Gregorio se caracterizan por cierta tonalidad melancólica; una aversión peculiar hacia las cosas de la tierra y un suspirar enardecido por la herencia de la gloria. Gregorio fue un pastor maravilloso que llegó con su solicitud pastoral a todas las iglesias. En su epistolario revive la inquietud de su época. Su pontificado se distingue por su acción en España, Galia, Inglaterra, Italia, Armenia y el Oriente; por su gobierno espiritual y misionero; por sus trabajos en la educación de la juventud; por socorrer, ayudar, enseñar, curar las llagas sangrantes de una sociedad en ruinas. Fue incansable restaurador de la disciplina canónica. Sus cartas regulan las más diversas cuestiones de derecho y revelan su preocupación por el cumplimiento de las leyes" (M. Andrés, "Introducción general").