OCUPANTE EL

OCUPANTE EL

WATERS SARAH

23,90 €
IVA incluido
Editorial:
ANAGRAMA, S.A.
Año de edición:
2011
Materia
Narrativa extranjera o traducida
ISBN:
978-84-339-7558-4
Páginas:
536
Encuadernación:
Rústica
Colección:
PANORAMA DE NARRATIVAS

Disponibilidad:

  • LIBRERÍAS PICASSO - ALMERÍADisponible en 1 semana
  • LIBRERÍAS PICASSO - GRANADADisponible en 1 semana
23,90 €
IVA incluido
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Un polvoriento día de verano llaman al doctor Faraday a Hundreds Hall, la mansión
de los Ayres, en el desolado centro de una Inglaterra de posguerra que está
cambiando aceleradamente. Faraday ya había estado allí cuando era un niño y su
madre era una de las criadas de la casa. Se había colado como un pequeño fantasma
en las regias habitaciones y, fascinado por tanta belleza, había roto una moldura
de los artesonados de un corredor y se la había llevado.
Ahora, gracias a los sacrificios de sus padres, es médico, aunque con una posición
social no muy cómoda en el rígido sistema de clases inglés, y piensa que esta visita
es un golpe de suerte. Pero Hundreds Hall, como sus dueños, ya no es más que
la sombra de sí misma. Las tapicerías cuelgan en jirones, la carcoma se ceba en el
interior de la casa y las malas hierbas arrasan los jardines. La señora Ayres aún es
una señora elegante, que mantiene como puede su dignidad, aunque viva entre
paredes desconchadas, sillones desvencijados y alfombras raídas. Roderick, su hijo,
ha vuelto de la guerra cojo, lleno de dolores y cicatrices, enfermo de los nervios.
Se ocupa como puede, y puede mal, de la casa y de la hacienda y va vendiendo las
tierras y la familia se va comiendo el capital. Su hermana Caroline, algo mayor que
él pero aún en la veintena, independiente, excéntrica, masculina y no desprovista
de encanto, ha tenido que volver a Hundreds Hall para ayudarlo.
Pero los Ayres no han llamado al doctor Faraday para que se ocupe de ellos, sino
de Betty, la joven criada de catorce años, que quizás solo está enferma de miedo,
aterrorizada por aquello que percibe en la casa. Porque siempre son los niños y los
animales los primeros en advertir lo siniestro. Aunque nadie la cree, en Hundreds
Hall se oyen ruidos inexplicables, se ven sombras fugaces y marcas de fuego en las
paredes y las cosas más familiares pueden volverse atrozmente perversas...
«El ocupante transcurre en esa deslizante frontera entre lo sobrenatural y lo psicopatológico
y combina lo espeluznante con una aguda observación social. Una
novela apasionante, perturbadora, infinitamente entretenida.» (Hilary Mantel,
The Guardian).

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