RAUL CASTRO LA PULGA QUE CABALGO AL TIGRE

RAUL CASTRO LA PULGA QUE CABALGO AL TIGRE

BOTIN VICENTE

21,00 €
IVA incluido
Editorial:
ARIEL, S.A.
Año de edición:
2010
ISBN:
978-84-344-6930-3
Páginas:
368
Encuadernación:
Rústica
Colección:
ARIEL

Disponibilidad:

  • LIBRERÍAS PICASSO - ALMERÍADisponible en 1 semana
  • LIBRERÍAS PICASSO - GRANADADisponible en 1 semana
21,00 €
IVA incluido
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«Sin Fidel, Raúl Castro no sería nadie, pero sin Raúl la revolución cubana
no sería la misma.»
En la historiografía de la revolución cubana, Fidel Castro acapara el protagonismo
absoluto. Su hermano Raúl está considerado como un satélite que orbita
alrededor suyo. Pero Raúl Castro tiene una personalidad propia, oscura y
compleja, que nunca ha sido desvelada del todo, como tampoco la decisiva
influencia que ha ejercido sobre Fidel desde los orígenes y en los momentos
clave de la revolución. Con una exhaustiva documentación y testimonios de
familiares y colaboradores hoy exiliados, este libro indaga en la figura de Raúl
Castro, en su infancia y adolescencia de parrandero y bebedor, amante de las
peleas de gallos y torero ocasional, que fascinado por su hermano mayor, decidió
acompañarlo en su aventura revolucionaria. En la Sierra Maestra, Raúl
Castro creó el embrión del futuro Estado comunista y fue el responsable de la
sovietización del país. A pesar de su fidelidad perruna, Fidel siempre le despreció
y torpedeó todos sus intentos de crear estructuras colegiadas de poder. Eso
le llevó muchas veces a la desesperación y al alcohol. Fidel Castro siempre dijo
que Raúl era más radical que él. Nunca le tembló el pulso para deshacerse de
enemigos, “compañeros de viaje” e incluso amigos muy cercanos, como el
general Arnaldo Ochoa, para fortalecer el poder de su hermano. Y también el
suyo. A la sombra de Fidel, Raúl Castro ha construido un poderoso entramado
sustentado en el ejército y los servicios secretos y controla también la economía
del país a través de un poderoso holding empresarial en manos de las
Fuerzas Armadas. Raúl Castro tiene el poder necesario para “blanquear” la
revolución en las urnas. Pero mientras viva Fidel seguirá siendo una insignificante
pulga asustada por el rugido del tigre.

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